Septiembre 7

Brindo por la cicatriz

Brindo por la cicatriz
que atestigua con belleza
con orgullo y fortaleza
como roto se es feliz
la herida es una matriz
que acoge en sus cavidades
imperfectibilidades
que te enseñan con paciencia
amor propio y resistencia
frente a las adversidades

✨El arte del Kintsugi o la belleza de las cicatrices
“El mundo nos rompe a todos; después, algunos son fuertes en los lugares rotos”.
“La herida es el lugar por donde entra la luz”.
El Kintsugi es un arte centenario de Japón que consiste en reparar las piezas de la cerámica rota con barniz o resina espolvoreada con oro. Enseña que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse, logrando con esa transformación que el objeto adquiera mayor valor al quedar más fuerte que el original.
Este tradicional arte japonés nos muestra que cualquier objeto sin importar cuantas veces se haya roto, nunca perderá su belleza.
El arte del Kintsugi no pretende ocultar las grietas producidas por la ruptura del objeto, al contrario, lo que hace es resaltarlas y mostrarlas con mayor belleza y valor al estar recubiertas con polvo de oro. Esas “cicatrices” del objeto cuentan su historia y el Kintsugi la hace evidente, a la vez que muestra que el objeto ha adquirido mayor fuerza justamente en esos lugares que antes estuvieron rotos.
Si los objetos tuvieran voz, ese que un día se rompió lo contaría y mostraría con orgullo sus heridas a aquel que nunca se ha caído.
Su historia
A finales del siglo XV, surgió en el lejano Oriente el kintsugi, una apreciada técnica artesanal con el fin de reparar un cuenco de cerámica roto. Su propietario, el sogún Ashikaga Yoshimasa, muy apegado a ese objeto indispensable para la ceremonia del té, lo mandó a arreglar a China, donde se limitaron a asegurarlo con unas burdas grapas. No contento con el resultado, el señor feudal recurrió a los artesanos de su país, que dieron finalmente con una solución atractiva y duradera. Mediante el encaje y la unión de los fragmentos con un barniz espolvoreado de oro, la cerámica recuperó su forma original, si bien las cicatrices doradas y visibles transformaron su esencia estética, evocando el desgaste que el tiempo obra sobre las cosas físicas, la mutabilidad de la identidad y el valor de la imperfección. Así que, en lugar de disimular las líneas de rotura, las piezas tratadas con este método exhiben las heridas de su pasado, con lo que adquieren una nueva vida. Se vuelven únicas y, por lo tanto, ganan en belleza y hondura. Se da el caso de que algunos objetos tratados con el método tradicional del kintsugi —también conocido como “carpintería de oro”— han llegado a ser más preciados que antes de romperse.
Así que esta técnica se ha convertido en una potente metáfora de la importancia de la resistencia y del amor propio frente a las adversidades.
Publicación original para LBA/Isabel Martín
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Citas:
Ernest Hemingway fue un escritor y periodista estadounidense, uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX.
Rumi fue un célebre poeta místico musulmán y erudito religioso persa (1207-1273)
Imágenes de la red
Fuentes

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Posted Septiembre 7, 2021 by kalvicio in category "Brindis